MIGUEL ÁNGEL GUTIÉRREZ MOLET

IDENTIDAD IMPERSONAL. 2023

Somos únicos, irrepetibles: nadie es igual que otro. Quizás. Pero piensa en la publicidad: Somos predecibles, luego no tan únicos; y somos manipulables, a la vista está.

¿Qué tiene mayor valor, lo que nos hace únicos o lo que nos comunica? ¿Lo que nos unifica? Podríamos pensar en ponerle sordina a lo individual para traer a primer plano la humanidad.

Esta es la intención que hay detrás de estos retratos. Retratos difusos de rostros humanos, figuras que en ocasiones cuesta identificar, los rasgos perdidos en las texturas de la imagen; pero figuras que otras veces son inimitablemente humanas.

¿Dónde empieza la identidad del individuo, más allá de lo común a todos? ¿Acaso no es más importante, para que tú seas tú, disponer de aquello que es propio de todos, de cualquiera? Piénsalo mientras contemplas estas imágenes.

Cuando se empieza a borrar lo especial y único de cada uno, ¿qué es aquello que estamos retratando, resaltando? “Nada humano me es ajeno”, dijo el filósofo; y especialmente debe ser así para esos rasgos humanos que compartimos. Que nos permiten, también, ponernos en el lugar del otro, en sus zapatos, o detrás de su rostro.

Pensemos en avanzar aún algo más, en ese proceso de borrado. ¿Qué quedaría? Acaso al borrarse no solo lo individual, sino también lo propio del grupo –digamos, la cultura y la lengua, el lenguaje incluso–, acaso entonces quede lo que compartimos con muchos más. Con nuestros parientes los animales, con todos los demás seres vivos.

Quizá, hoy más que nunca, sería importante aprender a olvidarnos de lo individual –esa ideología que tanto nos inculca nuestra cultura consumista– para pensar sobre todo en lo común. Porque lo común a todos es lo que nos da vida, lo que nos permite actuar como individuos. Porque deberíamos aprender a cuidar de lo común, si queremos que haya un futuro digno de ser vivido.

José Ferreirós